Tres tristes tigres…
Con los dos fondos en máximos históricos y tras un 2020 complicado, creemos que es importante reflexionar sobre la historia de los fondos y las tres crisis que hemos vivido desde su inicio en 2004. Más de diecisiete años es mucho tiempo, no hay muchos fondos en el mercado con una historia tan larga y con los mismos gestores. Muchos desaparecen, son absorbidos o el fondo cambia de gestor. Pero, como siempre en la vida, son las grandes crisis las que nos ponen a prueba y donde muchos fondos/gestores descarrilan y no consiguen sobrevivir. En fondos como Cartesio X e Y, con mucha discrecionalidad en la distribución de activos, hay mucho margen para grandes aciertos, pero también grandes errores.
Hemos vividos tres crisis (la crisis financiera, la del Euro y la pandemia), cada una muy diferente, pero todas con fuertes correcciones, alta volatilidad y la sensación que el mundo cambiaba para siempre y mayormente para mal.
En la crisis financiera la sensación era que el sistema financiero global colapsaba y se abría un largo período de depresión tipo años treinta. En la crisis del Euro, los países del sur de Europa, con sus bancos, iban directos a la quiebra, salían del Euro y había que abrir cuentas en francos suizos. En la pandemia, la actividad económica sufrió su mayor retroceso desde la Segunda Guerra Mundial, sólo se podía comprar tecnología, modelos de negocio disruptivos o que saliesen ganadores de los nuevos hábitos. La recuperación económica iba a ser tan lenta como el desarrollo de una vacuna de éxito.
Los dos fondos han vuelto a los máximos previos a las tres crisis en un máximo de 20 meses (Cartesio Y tras la crisis financiera mientras la renta variable europea tardó 56 meses) y un mínimo de 3 meses (Cartesio X tras la crisis del Euro, igual que su índice de referencia, aunque cayó menos que éste último y durante la mitad de tiempo). La peor crisis, desde nuestra experiencia y medida por la caída de máximos a mínimos, ha sido la creada por el Covid 19. De economía/mercados sabemos algo o se supone que lo sabemos, sobre pandemias está claro que aprendimos sobre la marcha, como la gran mayoría. La crisis cayó sobre nuestras cabezas con niveles de inversión altos, sin la protección que solemos tener vía derivados y con una cartera que no era precisamente resistente al Covid 19. Ya hemos explicado cómo negociamos esta última crisis y no es el objeto de este artículo.
La razón de este artículo es celebrar que hemos podido superar con éxito tres crisis distintas y difíciles. También reflexionar que, en los tres casos, la principal razón fue estar muy atentos a las valoraciones, mantener cierto grado de optimismo y cuestionar la narrativa fácil que suele ser la que induce a vender justamente en el peor momento. Son lecciones sencillas, pero hay que tener la disciplina y la tranquilidad para aplicarlas en cada momento de crisis. No nos gustan las crisis, ni el supuesto proverbio chino tan manido de que una crisis es una oportunidad. Se pasa mal en las crisis, sobre todo si te sorprenden con mal pie. Cómo decía un antiguo compañero nuestro, se vive mucho mejor en las burbujas. La realidad es que ni las crisis ni las burbujas duran para siempre. Lo que sí tenemos claro, sin embargo, es que comprar en las burbujas y vender en las crisis es la fórmula infalible para dilapidar el capital. Seguimos navegando…