Tópicos y temas financieros. Opiniones Cartesianas
Cartesio opina sobre distintos tópicos y temas del mundo financiero. El objetivo es desmontar mitos y generar debate sobre conceptos a veces no bien entendidos.
Nº 1. “Las ampliaciones de capital son dilutivas para los accionistas“
Nº 2. “La rentabilidad por dividendo es una buena señal de compra“
Nº 3. "Las recompras de acciones mejoran los retornos de los inversores"
En rara ocasión recibe mal el mercado un programa de recompra de acciones. A simple vista el beneficio parece obvio: la compañía reduce el número de acciones entre las que se divide el beneficio neto y, por lo tanto, el beneficio por acción será mayor. La realidad es algo más compleja.
El valor de una compañía en bolsa, de forma simplificada, es el valor que los inversores piensan que tiene su negocio, más la cantidad de efectivo que tenga en el banco, menos su deuda. Cuando una empresa decide recomprar y eliminar parte de sus acciones, su nivel de caja disminuirá proporcionalmente a la reducción de sus acciones. De esta manera, el valor total de la compañía se reducirá en función de la reducción de efectivo en su balance, pero también lo hará el número de acciones, haciendo que el precio por acción se mantenga constante. Aunque sí es cierto que aumenta de forma mecánica el beneficio por acción, esto se produce a costa de una reducción de caja/aumento de la deuda. El efecto, en principio, es neutro.
A largo plazo, sin embargo, una recompra de acciones sí afecta al valor de una compañía. Una vez aclarado que el efecto inmediato sobre el precio es neutro, una recompra de acciones debe verse como una inversión cualquiera de la compañía. Si el retorno que se obtiene de una inversión es superior al coste de capital, esa inversión generará valor. Si el retorno que se obtiene sobre las acciones que una empresa recompra es superior al coste de capital, los accionistas se verán beneficiados de esa recompra. Es decir, una recompra generará valor para los accionistas cuando las acciones se compren por debajo del valor intrínseco de la compañía.
Por lo general, las recompras provocan una reacción positiva en el precio de las acciones por la información que transmiten. El mercado entiende que si un equipo gestor, que tiene más información que el público, decide comprar acciones de su propia compañía, es porque considera que el precio es inferior a su valor fundamental. En la práctica, los equipos gestores pueden tener otras motivaciones para hacer recompras de acciones, como programas de compensación ligados al beneficio por acción o al precio de las acciones. Ninguno de estos motivos son beneficiosos para los accionistas. La labor del inversor es identificar la verdadera motivación del equipo gestor y juzgar si la recompra de acciones se hace realmente por debajo del valor intrínseco de la compañía.